El reciente confinamiento a causa del COVID-19, ha dejado una huella importante sobre nuestra salud en general, aun cuando nos mantuvimos en casa para preservar nuestra salud, lo hicimos también a cosa de la misma. La vida en confinamiento más temprano que tarde nos pasa factura, pues durante largos períodos de inactividad nuestro bienestar físico y mental se debilita y somos más propensos a desarrollar hábitos inadecuados.
Según un estudio reciente que realizó la OCU, un porcentaje importante de españoles, 63% de los encuestados, consideró que su salud física es peor ahora que antes del confinamiento y el 58% consideró que la situación afectó también a su salud emocional, siendo el estrés, la ansiedad, la disminución del ejercicio físico, entre otros, los mayores detonantes para esta sensación de deterioro. La situación de confinamiento y la falta de actividad física generó en muchas personas desórdenes alimenticios, insomnio o alteración de las horas de sueño y descanso, ansiedad, estrés, entre otras alteraciones negativas para nuestra salud física y mental, pero este artículo, nos vamos a referir más concretamente al Sedentarismo, que es quizás una de las alteraciones que causó mayor impacto.
La vida sedentaria es muy perjudicial para nuestra salud, antes del confinamiento, el Sedentarismo ya era un problema de Salud Pública, pues según la OMS, para principios del 2020 “al menos un 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud”, y con el confinamiento y el tiempo transcurrido después de este, el porcentaje ha ido en aumento. En la actualidad, la actividad física o la práctica de algún deporte por parte de la población en general, se han visto disminuido por diversos factores, como inadecuada o baja condición física, la depresión, el miedo, por la presencia de enfermedades o lesiones que se pudieron presentarse durante el confinamiento a consecuencia de la inactividad física, u otros factores; Lo cierto es que existe un amplio grupo de personas que no practica ninguna actividad física, y debemos hacer algo para paliar esta grave situación, por tanto, debemos tomar conciencia sobre la importancia que tiene la actividad física para nuestra salud e intentar hacer ejercicio todos los días. “Lo mínimo recomendado por la OMS serían 30 minutos al día durante toda la semana con una actividad moderada o 75 minutos a la semana en una actividad intensa”.
El sedentarismo perjudica nuestra salud en muchos aspectos, por lo que haremos un pequeño recuento de cómo puede llegar a afectarnos:
- Sistema Metabólico: a nivel metabólico, la falta de movimiento ralentiza nuestro organismo y disminuye nuestra capacidad para quemar grasas, dando paso al sobrepeso, a la obesidad y aumentando los factores de riesgo de enfermedades más crónicas como las digestivas, las cardiovasculares, la diabetes, entre otras.
- Sistema Óseo: se genera una disminución de nuestra densidad ósea (grosor y densidad de los huesos), con mayor impacto en las extremidades inferiores como la cadera, la rodilla y el tobillo y en extremidades superiores como el hombro, el codo y la mano, también aumenta los factores de riesgo de padecer enfermedades del Sistema Óseo más crónicas como la Osteopenia o la Osteoporosis.
- Sistema Músculo- Esquelético: la falta de movimiento genera debilidad muscular y la pérdida progresiva de la capacidad de estensibilidad de la musculatura y por tanto, se produce un acortamiento muscular, lo a su vez disminuye la movilidad de las articulaciones causando finalmente una biomecánica menos efectiva, y mucho más propensa a lesiones. Adicionalmente, causa problemas posturales generados por la debilidad muscular, ya que el cuerpo busca compensar dicha debilidad con posturas antálgicas (posturas inadecuadas pero que nos alivian el dolor).
En conclusión, el deporte es calidad de vida, más que por los beneficios puramente físicos, es importante y necesario para conseguir una mente y un cuerpo sano.
¿Qué ejercicios hacer?
Existen varios tipos de ejercicios con diferente nivel de intesidad, sin embargo, nuestros especialistas en Fisioterapia lo agrupan de la siguiente manera:
- Ejercicios aeróbicos o alto impacto: son los que recomendamos en caso de querer aumentar el ritmo cardíaco, la capacidad respiratoria y la resistencia física. Ideal para pacientes con enfermedades cardiovasculares.
- Ejercicios de fuerza: que aumentan la masa y la fuerza muscular y son ideales para mantener la densidad ósea, ideales para pacientes con enfermedades como la Ostioporosis (siempre que se trabaje con peso moderado).
- Ejercicios de flexibilidad o estiramientos: mejoran el tono muscular, la flexibilidad, la postura y son ideales para pacientes con contracturas musculares frecuentes, con dolores de espalda, con acortamientos musculares, dolores articulares y son ideales para combatir el estrés.
Muchas personas tenían el hábito de hacer alguna rutina de ejercicios físicos a la semana, y a causa del confinamiento que tuvo lugar por el COVID-19, tuvieron que interrumpir y/o modificar sus hábitos drásticamente, pues aun cuando hicieran alguna actividad física en casa, tuvieron una vida más sedentaria. Ahora, tras la culminación del confinamiento, al retomar su actividad deportiva, ha sido frecuente el encontrarnos con diversas lesiones, muchas personas tenían demasiado tiempo inactivos y quisieron recuperar el tiempo ¨perdido¨ entrenando más y con mayor intensidad a la habitual, para recuperar rápidamente su anterior condición física, y esto ha generado muchas lesiones musculares y articulares (lumbagias, cervicalgia, dolor de rodilla, por nombrar las más frecuentes), de presentarse alguna de estas lesiones, recomendamos acudir a un especialista (fisioterapeuta, traumatólogo o rehabilitador) para recibir el tratamiento adecuado a la lesión pertinente y así evitar que empeore.
En Fisiovital, como especialistas en el área de Fisioterapia, consideramos de gran importancia recomendar a todos nuestros pacientes, que retomen su actividad física y/o deportiva de forma gradual, ir aumentando la intensidad y la duración del ejercicio progresivamente ya que el cuerpo necesita un proceso de adaptación, pues, se están activando todos nuestros sistemas tras un período largo de inactividad. Adicionalmente, el ejercicio deberá ir acompañado por una ingesta de alimentos adecuados al desgaste energético, seguir una dieta saludable y una hidratación adecuada. Por último, es importante realizar ejercicios de estiramientos antes y después de la actividad física o deportiva, para así evitar lesiones futuras que nos mantengan más tiempo alejados de nuestra actividad física. Nuestro consejo es claro, mantente activo, pero con responsabilidad y prevención con tu cuerpo, se paciente e invierte el tiempo necesario para conseguir los resultados deseados, y con ellos tu bienestar físico y mental.
El movimiento es vida. La vida es un proceso, mejorar la calidad del proceso es mejorar la calidad de la vida misma.
M.Feldenkrais
Toda manifestación de la vida se expresa a través del movimiento.
Autores:
Hugo H. Torres Nouel. Licenciado en Fisioterapia y Monitor de Pilates (C-36-002904)
Coordinador del Servicio de Fisioterapia y Pilates del Centro Fisiovital
Edithmar Simal Hurtado. Licenciada en Gerencia y Negocios. Especialista en el área de comunicaciones.
Gerente de Administración y Marketing del Centro Fisiovital-
Fuentes Bibliográficas:
https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-sedentarismo-condicionado-densidad-osea-esqueleto-20141223091053.html
https://institutoeuropeo.es/inactividad-fisica-sedentarismo
https://www.ocu.org/consumo-familia/derechos-consumidor/noticias/encuesta-confinamiento-coronavirus
https://www.who.int/dietphysicalactivity/factsheet_inactivity/es