Nutrición y salud digestiva

La OMS define la nutrición como “la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico regular), es un elemento fundamental de la buena salud” 1. Esto nos deja muy claro, que nuestro organismo obtiene todos los nutrientes y/o elementos que necesita para funcionar saludablemente de los alimentos, por eso es de vital importancia para nuestro bienestar, el tener buenos hábitos alimenticios y un estilo de vida saludable. Una adecuada nutrición nos da una buena salud y una buena salud nos da vida.

Una mala nutrición puede causar diferentes consecuencias negativas para nuestra salud, como debilitar nuestro sistema inmunitario y por tanto aumentar el riesgo de padecer otras enfermedades, altera el desarrollo físico y mental, produce cansancio y fatiga por lo que nuestra productividad física y mental se ve significativamente reducida, puede generarnos trastornos del tracto gastrointestinal, como problemas digestivos, dolores de estómago recurrentes, acidez, ardor, náuseas, diarreas, estreñimiento, inflamación del colon, entre otras afecciones; y en el peor de los casos, una mala nutrición puede ser el desencadenante de enfermedades más serias como son las Cardiovasculares, la Diabetes, entre otras.

En la actualidad existe una gran prevalencia de enfermedades no transmisibles (ENT), pues según la Organización Mundial de la Salud, “el 71 % de las muertes en todo el mundo son causadas por dichas enfermedades, eso se traduce a que 41 millones de personas mueren cada año como consecuencia de estas afecciones, siendo tres de las principales, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, para las cuales una mala nutrición y un estilo de vida poco saludable representa un altísimo factor de riesgo” 2. En tal sentido, es adecuado decir que podemos reducir significativamente el riesgo de padecer este tipo de enfermedades, mejorar nuestro rendimiento cognitivo y físico, con su consiguiente aumento de productividad, llevando una nutrición adecuada, practicando ejercicio físico regularmente e incorporando hábitos saludables a nuestras vidas.

Es muy común pensar que la digestión comienza en nuestro estómago, sin embargo, el proceso no es tan sencillo, una adecuada digestión comienza en nuestra boca; el tener buenos hábitos al momento de ingerir nuestros alimentos, como el comer en horarios adecuados, sin prisas y sin estrés, masticar bien los alimentos, evitar copiosas cantidades de comida y seguir una dieta sana y balanceada, son los primeros pasos para gozar de una adecuada salud digestiva. Somos lo que comemos, la prevalencia de enfermedades digestivas está en aumento en todo el mundo, y según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), existe una estrecha relación entre lo que comemos, cómo lo comemos, y el desarrollo de síntomas gastrointestinales. Según muchos especialistas del Aparato Digestivo, es de gran importancia para mantener una adecuada salud intestinal, cuidar tanto los hábitos o rutinas alimenticias, como la propia dieta, ya que las personas que llevan una alimentación inadecuada o “malsana”, no realizan ejercicio físico, que viven sometidos a situaciones de estrés crónicos, llevan ritmos de vida muy acelerados, comen de forma desordenada, desequilibrada y sin horarios, y hacen mal uso o consumen en exceso fármacos y drogas, aumentan exponencialmente su riesgo de padecer enfermedades digestivas 3.

Incluyendo a todas estas enfermedades, en 2018 el porcentaje total de población diagnosticada con enfermedades gastrointestinales en España correspondió al 20%, observándose mayor prevalencia en mujeres, sobre todo a partir de los 65 años 4. Según FEAD, en España hay unos 300.000 pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y el 30% debuta antes de los 25 años 5.
Existe una extensa clasificación de los trastornos funcionales digestivos del adulto según los Criterios Roma IV, entre los que pueden destacarse los siguientes:

  1. Trastornos esofágicos como: Dolor torácico funcional, Pirosis funcional, Hipersensibilidad al reflujo, Globo y Disfagia funcional.
  2. Trastornos gastroduodenales: Dispepsia funcional, Trastornos con eructos, Trastornos con náuseas y vómitos, Síndrome de rumiación.
  3. Trastornos intestinales: Síndrome de intestino irritable, Estreñimiento funcional, Diarrea funcional, Distensión abdominal funcional, Trastornos funcionales intestinales inespecíficos, Estreñimiento inducido por opiáceos.
  4. Trastornos con dolor gastrointestinal de origen central: Síndrome de dolor abdominal de origen central y síndrome intestinal por narcóticos/hiperalgesia inducida por opiáceos.
  5. Trastornos de la vesícula biliar y el esfínter de Oddi: Dolor biliar y trastorno funcional del páncreas.
  6. Trastornos anorrectales: Incontinencia fecal, dolor anorrectal funcional.

Los síntomas de estas enfermedades son variados y algunos de ellos son nauseas, estreñimiento, distensión (hinchazón), acidez gástrica, flatulencias, cólicos y/o dolor abdominal recurrente, entre otros, ocasionando que el paciente vea deteriorada su calidad de vida notoriamente al padecer molestias continuas.

Antes de hablar del abordaje nutricional hay que saber que algunos de ellos necesitan intervención quirúrgica, por lo que habría que valorar el caso con una exhaustiva exploración clínica. Nutricionalmente hablando, es adecuado analizar cada patología en concreto y cada paciente individualmente, pero como recomendaciones “generales” podemos dar las siguientes:

  • Es importante reducir el estrés crónico, para lo que existen diferentes alternativas, como son las terapias de relajación, la práctica de ejercicio de alta o moderada intensidad, la práctica de alguna disciplina o método como son Yoga y/o Pilates, hacer meditaciones
  • Seguir una dieta rica en probióticos.
  • Tener una dieta baja en FODMAPs. Con este enfoque nutricional se ha visto una gran mejoría, entre el 50-80% de pacientes, en varias patologías digestivas.
  • Dieta baja en carbohidratos.
  • Incorporar hábitos saludables a tu vida diaria como el respetar los horarios de comidas, evitar la ingesta de copiosas cantidades en cada comida, masticar bien los alimentos, comer tranquilo, relajado y sin prisas.
  • Mantenerse debidamente hidratado.
  • Evitar llevar una vida sedentaria.

Para evitar estas enfermedades, o en el caso de padecerlas, para evitar o mejorar los síntomas molestos de estas patologías, es necesario confiar en un profesional de la salud, que organice un plan nutricional personalizado, adaptado a los gustos, horarios y necesidades del paciente con la finalidad de aumentar la esperanza y calidad de vida de la persona.

COMER ES UNA NECESIDAD, PERO COMER DE FORMA INTELIGENTE ES UN ARTE

Autores:
Francisco Gundín – Nutricionista del Centro Fisiovital
Edithmar Simal Hurtado – Gte. Administrativo de Fisiovital

Fuentes consultadas:

1 –  www.who.int/topics/nutrition/es/
2 –  www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/noncommunicable-diseases
3 –  www.saludigestivo.es/la-dieta-equilibrada-unos-buenos-habitos-alimentarios-claves-la-salud-intestinal
4 –  es.statista.com/estadisticas/576962/prevalencia-de-las-enfermedades-gastrointestinales-por-genero-y-edad-espana
5 –  www.heraldo.es/noticias/salud/2020/05/13/unas-300-000-personas-padecen-en-espana-una-enfermedad-inflamatoria-intestinal-1374624.html

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